Hoy, Ahora, Right Now

Hoy. A las 9:30 am abro los ojos y miro el techo. No importa a que hora el sueño me haya llevado a las oscuridades más profundas de mi inconciencia. Siempre es igual. Despierto, me muevo, me intento convencer de que debo dormir, que no quiero levantarme, que hace calor, que da igual.

Mi cerebro se pone en funcionamiento con lentitud, primero son pestañeos largos y poco a poco, comprendo que es un nuevo día (o podría ser uno viejo, todos se parecen mucho entre sí). Me estiro, me pregunto ¿Qué haré? No sólo que haré hoy, si no, que hare con todas esas cosas que tengo que hacer y que no se como encontrarles una solución.

Me pongo los audífonos un rato, pero termino cambiando la canción a cada rato. No se que quiero escuchar. Me levanto, camino hasta el baño, luego lo de siempre, mi nueva "obsesión" por comer sano. Dos rebanadas de pan integral y ese famoso cereal sano con una taza de leche descremada.

No tengo hambre. "Que raro" pienso. Hace días que me levanto sin hambre, que ando sin hambre, que como por inercia. Cuando termino lavo y limpio todo. Ordeno. Estudio inglés para que marzo y la universidad no me pillen desprevenida.

Todo tan mecanico. Lo único nuevo es que encontré esta nueva entretención de bajar peliculas. Hay muchas de ellas que necesito ver, para mirar otros mundos, otros sueños.
Almuerzo, el hambre vuelve de a poco a mi cuerpo. Luego hago ejercicio, una hora de trotar, luego series de abdominales. Me ducho.

¿Y qué queda?

El agua no consigue llevarse los miedos y las angustias.
Soy dos personas.
De noche tan angustiada y tan resuelta sobre que desición tomar, de día tan insensible e indecisa sobre el mismo tópico.

No puedo convivir con ambas personas en este mismo cuerpo. Al menos a ambas "yo" les gustan las peliculas...

Algo es algo.

*Gracias a todos por los comentarios, ayer encontre unos blogs muy lindos con dueños realmente agradables.

El Wurlitzer Loco Presents...

JOGA de BJORK*

*El Wurlitzer Loco es un intento de columna que alguna vez comencé, donde quería relatar mis visiones del día a día conectada con una canción que me hubiese inspirado, o que estuviese flotando en el ambiente por el momento: estamos de vacaciones, y lo más probable es que al fin la comience (al menos antes de entrar a la universidad)

Una noche de sábado para un adolescente relativamente "común" podría significar un montón de cosas: noche de juerga y amigos, tiempo de alcohol y evadirse del mundo, noche de música y danzas hipnotizantes que liberan el cuerpo de su maquinal movimiento habitual.

"Común" Sí, común, ordinario, normal ¿Cuántos significados podría ofrecernos la RAE, despues de todo?

Derivado de eso, podríamos inferir que no soy una adolescente normal. Que son las 23:25 de un sábado y que no estoy de juerga, que ningún vaso de alcohol adorna mi escritorio a excepcion de los odiosos facsimiles de PSU de los cuales ya no quiero ni saber.

El winamp esta abierto, reproduce con el Repeat en modo ON, mientras que la voz de Bjork llena con facilidad mi pieza que no es demasiado amplia a estas alturas de mi vida.

"I feel emotional landscapes..." en este punto la voz me hace pensar en las borracheras, en las ganas de tomar un vaso y que se te apague la tele un rato. Pienso en los cigarros olvidados que estan en mi mochila, los mismos que decidí por voluntad propia no volver a fumar y los mismos que de tanto en tanto me hacen pensar que soy anormal.

Bien, ya he usado dos terminos en un sentido que probablemente sea más que nada connotativo. No soy común, y probablemente sea anormal. ¿De que se trata todo esto, después de todo?

Que ser adolescente es complicado, y podrían decirme ¿y? No es nuevo. Y no lo es, es más antiguo que nosotros mismos, y me atrevo casi a decir que el cuestionamiento es una parte intrínseca de nosotros.

¿Lo es? Vuelvo al comienzo. ¿Qué sucede hoy que la preocupación máxima se basa en el alcohol (cuando obviamente nada en cantidades medidas es malo), en el yo, en el olvidarme del resto, en el pelear/discutir por quien es más genial, por quien se viste mejor, por quien se compro tal y tal cosa antes? ¿Qué sucede?

Lo pensé largo rato hace unos días, cuando me di cuenta que realmente la Tierra, Santiago o cualquier región de nuestro país podría ser un mejor lugar si fueramos menos individualistas.

No critico, no culpo a quienes hoy en día -en un sentido literal o figurado- disfrutan de la inconciencia que nos brinda el individualismo (sería extraño pensar que no estuve yo en eso hace dos semanas), pero insisto,

Jóvenes ¿qué fue de nosotros? ¿qué fue de nuestros ideales, de por último nuestra rebeldía con mucho más trasfondo de lo que se ve hoy en día?

¿Qué paso que de pronto se nos apagó la luz y ahora sólo me parece encontrar más anormales cuando de vez en cuando, veo pequeñas lucecitas como antorchas intentando combatir un poco la oscuridad pegajosa en la que estamos insertos, aun contra nuestra voluntad?

Sí, ya lo dije. Soy una adolescente poco común en una pieza pequeña que es inundada y casi destruida por la potente voz de la sensual Bjork, porque sus canciones, llenas de contenido, me hacen sentir nostalgia de lo que nuestra generación - al parecer- ya no fue.

(Escrito y terminado a mediados del 2008)

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Para escuchar más canciones, inserte una moneda de 100 pesos.


Tornados Personales


Can you feel it? Things are changing, Can you see it?
No todo tiene que tener un final feliz, después de todo. Y supongo que la vida misma me salvó del (casi) suicidio de mi integridad emocional, y de la (casi) pérdida de mi homeostasis espiritual.

La vida, el tiempo

Curiosamente, vengo recién llegando. Recién entrando como si acabara de cruzar la puerta del cine del que acabo de salir. Curioso, en verdad. Estos últimos días han estado llenos de cuestionamientos, de cuestionamientos propios y personales y más parecidos a los que uno se hace en el ocaso de la vida y no precisamente en el principio (ni mucho menos antes de ser mayor de edad). Supongo que esta edad debería caracterizarse por la locura y la irresponsabilidad, pero siempre fui bien descrita con la palabra calma. (Y no por nada hasta el día de hoy mi madre se dirije a mi con el calificativo no menos usado de "juiciosa", que supongo que quiere decir que tengo el juicio adecuado para escoger aquello que para la mayoría de los mortales es lo correcto).

Sí. Curioso y extraño.

El Cine, acabo de salir de allí. Ví "El extraño caso de Benjamin Button". Ya mencioné que mis cosas favoritas siempre logran emocionarme hasta las lágrimas. Pensé que esta pelicula me gustaría mucho pero no alcanzaría para llevarme hasta el extremo de emoción, que no alcanzaría a llamarla favorita.

Y me equivoqué.

Justo en los últimos cinco minutos algo se rompió dentro de mí porque me hizo verme reflejada en la pantalla, y de pronto uno de mis (tantos) miedos fue develado: no estoy haciendo lo que quiero. Estoy dejando que los días pasen, que el tiempo pase, que los años pasen, que los segundos pasen. Hay cosas que ahora quiero, pero no me arriesgo por ellas porque sé (o creo saber, más bien) que realmente no las querré en el futuro próximo (ya sea las proximas horas, meses o años). y en verdad ¿QUE MIERDA IMPORTA? Si es esto lo que quiero ahora, lo haré, me arriesgaré por ello, me lanzaré por ello, correré si es necesario, y lloraré la supuesta e incierta desilución si es que la hay.

Realmente, esta es la vida ¿no? Claro. Al menos esta es la vida a través de mis ojos, y no voy permitir seguir como siempre, sin vivir. Ni siquiera aunque yo misma asi lo que quiera. Y como dicen por ahí "Lo entenderás cuando seas mayor" Estoy segura que en algunos años más, me agradeceré a mí misma esta desición.

Lo sé.

The Present

Estoy aqui parada. Standing right here. ¿Es esta la nada? Parece serlo. Parece ser la llanura infinita del presente, esa que nace desde el segundo recién muerto y el futuro incierto que nunca se sabe delinear con exactitud.

¿Y ahora qué?

Mejor quedarse parada aquí, que volver ¿No? Suena más fácil de hacer aqui, que en la vida real, de todas maneras. Creo que por eso odio los recuerdos a veces, porque me hacen sentir que quisiera volver a... no sé a "casa", a ese lugar que no existe porque siempre se va, a ese momento que siempre idealizo. Es por eso que la mayoria de mis cosas favoritas son las que más me emocionan (generalmente hasta las lágrimas) ya sea para bien o para mal. A continuación, una de esas cosas favoritas que me (mal) emocionan, y que me recuerdan cuanto ansío volver a "casa" (Si es que se puede entender ese concepto desde la perspectiva de un momento en el tiempo, y no de un lugar físico)

En fin. Cosas imposibles, seguiré caminando. Simplemente...

Lista de cosas que emocionan:

1. Esos recuerdos de preadolescente (ese video de Depeche Mode)

Today


Me dí cuenta de que tenía muchas más cosas de mi papá de las que (me gustaría aceptar) creía.
Me dí cuenta que tengo problemas de baja presión.
Me dí cuento que tengo faringitis y amigdalitis a la vez-
Y un montón de cosas más que no son tan importantes como la primera.

Tregua, Treguas

Acabo de caer en la plena conciencia de que en el blog, se puede escribir cuantas veces uno quiera. No sé porque había tomado esa manía de sentir que sólo debía y podía escribir una vez por día, relegando este espacio a ese espacio común de las normas, de dormir 8 horas por día (yo quiero dormir unas 10), de almorzar a las 2 pm (a mi me da hambre como a las 3:30 todos los días) y un montón de cosas más.
Pero realmente, lo que me motivó a escribir no fue eso, si no que terminé el libro de Benedetti, el de La Tregua y aún sigue dando vuelta en mi cabeza aquella fracesita: "Es evidente que Dios me concedió un desitno oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Es evidente que me concedió una tregua (...) No era la felicidad, era sólo una tregua. Ahora estoy otra vez metido en mi destido. Y es mucho más oscuro que antes, mucho más"
Quizás todos obtuvimos tan sólo una tregua ¿o no? Me gustaría pensar que no, porque tiendo a pensar que no creo en Dios, que no podría creer en él como un ser humano, quizás es eso a lo que yo preferentemente llamo "fuerza desconocida nunca superior pero si extraña que mantiene las cosas en su lugar y los planetas en sus orbitas, que realmente podría ser hasta la gravedad en distintos aspectos" Y me inquieta un poco, no se por que tanto (o quizás sí y no me atrevo a escribirlo).

Aun me resisto a creer en Dios o la religión, aunque pareciese que una fuerza extraña me empujara a no hacerlo, aún así, la costumbre puede más. Casi 6 años de ateismo no pasan en vano.

Caer

Caer, las cosas se caen. Pero también las personas: yo siento que caigo y caigo y caigo todo el tiempo. Quizás tenga que ver con ese sueño exasperante de anoche, cuando me desperté sólo porque no quería seguir soñando que caía y caía y caía por un tobogán sin fin. Me carga esa sensación, me ahoga, me da una especie de claustrofobia, me da de todo.

Y ¿Porqué siento que caigo? Por que creo que en la vida las cosas terminan por varias razones, pero hay dos que me importan más: porque la situación no daba para más, o simplemente (la peor de todas, a la que me siento más expuesta) porque estaba todo tan bien, porque no había nada más para ver, para mirar, para crecer, porque era todo siempre tan tan tan lo mismo, que se terminó. ¿Lo peor? Que se termina sin dolor, sin una lagrimita siquiera de decir "Maldición la cagué" No, porque era tan plano que no había ni sí, ni no, ni nada.

Escrito algo absurdo, pero las palabras clamaban por salir de mí, así como el enojo que me produce la gente que me crítica (no porque me molesten las críticas) si no porque critican en mí el mismo defecto que ellos poseen, como si yo fuese un espejo que todo lo agranda y la gente en general no soportara verse tan mal reflejada en mí.

Donoso.- (oh sí, de un tiempo a esta parte, me agrada firmar con mi apellido)

Un instante, un día, un segundo

Un segundo, ese espacio temporal demasiado corto (o quizás infinito) que compone un minuto entero. Los minutos se arremolinan para crear instantes, y mi día, si tengo suerte, puede estar compuesto de dos hasta tres instantes. No necesariamente memorables, pero instantes al fin y al cabo.

Un instante es ese momento en que el mundo parece encajar. Correción: en el que MI mundo parece encajar, entonces, por ese lapso de tiempo (que podría ser un minuto o tres horas) observo todo con cuidado, siendo testigo de como la naturaleza y el ser humano son maravillosos, de como en realidad todo tiene significado; Un significado real y puro y jamás inventado por pura necesidad.

Entonces es un instante, es un lugar donde las cosas existen y se mueven sin hacer ruido, todo ocurriendo sigilosamente en el fondo de mi retina. Y se va, claro. Era sólo un instante.

Acaba, Acabarán. Acabaron.

Un cuento del 2007: Siete Años

Quise publicar esto aquí a pesar de que es de algún tiempo atrás. Era por, para y en memoria de mi padre. También fue el cuento ganador en el concurso de ese año de mi colegio. So, Teobaldo Donoso Padilla, here is this, for you.

Siete Años

Damián recorrió aquella oscura habitación con la mirada.

Su habitación.

Los recuerdos volvieron a su mente sin que pudiese evitarlos o detenerlos: Siete años no habían pasado en vano.

Suspiró y dio más vueltas, tantas, que pronto le pareció que el mundo daba vueltas. Con brusquedad se tiró sobre su cama. Se acurrucó como un niño pequeño y lloró con amargura.

23 años. Esa era su edad. 23 años y siete de ellos marcados por el abandono de un padre.

Siete años que habían marcado su retraída personalidad y su frágil carácter.
Y aunque no lo dijese… Lo odiaba por ello. Lo odiaba por haberlo abandonado y más aún, lo odiaba por que a pesar de eso tenia su figura y recuerdo plasmados en su alma.

”Pero Damián, el odio envenenará tu alma aún pura” La dulce voz de su madre muerta, y la imagen de él mismo a los 16 años.

”Cuanto ansiaría no ensuciarme con este odio” Murmuró, mientras era conciente de cómo su cuerpo se tensaba ante la espera.

Hoy todo acabaría, pero… ¿Se atrevería a abrirle? ¿A mirarlo a los ojos y decirle todo lo que se había guardado desde que era un adolescente?

” ¿Papá?” Intento ensayar con aquella palabra que se le hacía demasiado extraña. Se levantó con apuro y limpió sus lágrimas con el dorso de su mano.

Era ahora o nunca.

La puerta se movió con estruendo y su corazón se paralizó.

¿Era esto por lo que había estado esperando tanto tiempo?

Estaba tan lleno de odio, tan lleno de rencor. Listo para decirle lo que cada noche pensaba: Jamás podría perdonarle.

Abrió la puerta con brusquedad, gritándole todo lo que pensaba.

” ¿Papá?” Preguntó

No obtuvo respuesta.

Quizás algún día su mente dejaría de engañarlo.

Quizás algún día, el volvería de verdad…
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