Running on sunshine


Hay una edad media nebulosa en la vida (o al menos es mi caso) en la que uno no es ni tan adulto, ni tan chico (eso al menos en los ojos de los demás). Es como un flashback terrible de vuelta a la pre-adolescencia cuando no me podía comprar ropa en la sección de niños porque era muy grande, pero tampoco podía comprar en la sección de mujer porque era muy chica. Que limbo este. He postulado a miles de trabajos últimamente con la secreta esperanza de encontrar algo lo suficientemente que bueno que me permita ahorrar lo suficiente como para en un año (máximo dos) ser la feliz dueña de miles de electrodomésticos nuevecitos de paquetes ordenados con buena onda pachamamica en un depto chico pero acogedor. Yo creo que llega una época en que pasas de no aguantarte a tí mismo, a quererte y apreciarte al menos el 80% del tiempo y no querer aguantar gente que no este de acuerdo con este amor propio (incluso si esta gente comparte tu ADN). En fin, sigo corriendo por aquí y por acá, a veces on sunshine, a veces no, pero corriendo igual.

Casi par de patos / La tómbola de los años

(via notalkingplz)
Aún tengo 21, pero en este año impar volveré al club de las edades pares. Podría ser que siempre voy al revés, aunque de un tiempo a esta parte me gusta más pensar que ir al revés significa ir en armonía, ser el ying de ese supuesto yang perdido y místico que existe en todas las cosas. La universidad terminó, y yo sigo aquí paseándome de vez en cuando confundida y asustada, aunque definitivamente mi porcentaje de agua perdida de formas poco convenientes (léase: lágrimas malgastadas) ha bajado con los años y la supuesta madurez. Empieza el circo de los curriculums vitaes y los 'soy pro-activa, empática y responsable' pero la úica luca que queda en mi billetera parece estar contenta de tener más amigos. Se vienen algunas sorpresas también, cosas que le cuento solo a las personas indicadas (no vaya a ser que con el mal de ojo me caguen los planes una vez más digo yo) y hay cosas que no me cuento ni a mí misma (no vaya a ser que con lo poco que me creo el cuento me auto-sabotee la felicidad futura).

En fin. Aquí vuelvo 2013, ahora parece que tengo razones para escribir que antes no tenía. Se cierran puertas, se abren libros, se van los sueños y aparecen los planes. Todos a bordo, se va el tren de la adultez.

Cosas que espero del mundo (space/people)


  • que nada me dañe tanto como para dejar de escribir
  • que las calles siempre estén vacías cuando quiera correr
  • que de vez en cuando en vez de dar sonrisas, reciba una
  • que termine los libros que compro y compro
  • que siempre pueda reconocerme cuando me mire a un espejo
  • que pueda sobrevivir la 'adultez'
  • que nunca deje de tener preguntas
  • que nunca deje de querer tener preguntas
  • que de vez en cuando, si se puede, consiga algunas respuestas.


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How many times am I going to see those
words before they stop being meaningful
and sharp with the sharpness
(invisible/intangible)
only pain can have.
Pain is such an innocent knife.
It looks so harmless you'd never believe
it can cut so deeply into your skin and bones.
How is it possible that I can still run?
How can my shattered bones still carry
me around, without protesting, with the
soundless obedience that characterizes
everything in me? How the fucking fuck
is it possible that I still define myself in
terms of your imaginary position on
Earth?

Pensando en una lengua extraña

Necesito desesperadamente volver a pensar y escribir en Español. La cosa va así, acabo de terminar mi penúltimo semestre de licenciatura en letras inglesas. Un semestre más y fin. De ahí un año a pedagogía (a aburrirme y sufrir) en el que tengo que una vez más escribir y hacer todo en español. Feels so weird. Asi que vamos a hacer un experimento y jugar a que puedo escribir en español al menos aqui. Hagan sus apuestas a ver cuanto duro hablando en el idioma que se supone deberia serme el más facil de todos.
En otras noticias, mi perro alienigéna Oskar casi se murió anoche ahogado con un hueso, por glotón le pasa.

Cuento número 8 (Creative Writing)

Love scene inspirada en la foto que Phyllis Siegel y Connie Kopelov, la primera pareja de lesbianas en casarse en NY, se sacaron durante su matrimonio. Y no, no es que me haya dado por escribir otra vez, es que tome un ramo en la u de escritura para obligarme a escribir ;)
She kissed her cheek smiling as the woman declared her wife and wife. Clarissa was sitting on her wheelchair looking up at her with a small smile playing on her lips.
Married. They were finally married. It seemed almost unreal. They had wished to be more than just a mere couple for almost 25 years and wishing seemed good. It had seemed enough; it had seemed to be all they could get out of life. They hadn’t said it aloud, but it was always present. It haunted them. Their ring-less hands had begun to suffer, to seem unreal after their 15th anniversary. Clarissa had started wearing gloves; Mary tried not to do her nails in an attempt to not care about it.
Mary was standing next to her, holding the sides of her wheelchair tapping lightly on her shoulder. They said ‘old habits die hard’ and she believed them. After a whole life together in which together had meant they were to be the only pieces left in a giant puzzle, living through signs and symbols, it seemed hardly improbable for them to stop now their hair had turned white and their skin had wrinkled.
They had forever loved one another through silences, blinks, and light taps on the shoulders. One blink: yes, two blinks: I know, three blinks: Me too. Being careful around people hadn’t been an arrangement between them, it had been an armour, it had been the only way in which they could protect what they had. How many parties had they thrown together? She couldn’t even remember all of them.  Clarissa and Mary had met after Clarissa had been divorced for half a decade and after Mary had been a widow for far too long. A extended string of silences had brought them together, and a long string of blinks combined with semi colons had kept their love in secrecy. In those times people didn’t understand.
Clarissa had been divorced and hopeless whereas Mary had just been looking to have a good time. Neither of them could have ever envisioned what would come afterwards.
Clarissa looked up again, this time a question slipping from her shoulders and a question mark putting emphasis on his request through the way in which her eyes opened and closed at regular intervals. The people around looked at them with curiosity while Mary stood there, unable to decide.
Her silence, once again speaking for herself, answered before the decision had been made. Mary kneeled on the floor, one knee on the floor ‘it’s ok’; then the other one ‘it’s different now’ and looked at Clarissa in the eye.
That day a second wedding kiss was given to Clarissa, but in this time she received it full on the mouth. No complaints were given, no regrets were held. These were other times.


Correr una Media Maratón (o lo que yo llamo, correr la edad que cumplí este año)


Correr una Media Maratón. La primera vez que se me cruzó esta idea por la cabeza fue por allá por Septiembre de 2011, y la verdad es que no de una manera realista. Se me ocurrió que era una de esas cosas que uno siempre quiere hacer, pero nunca hace.
Nunca fui deportista en el colegio, asi que el pensamiento de hacer algo un poco extremo como eso era más que nada una broma, un chiste que a mi mamá no le hacía mucha gracias y que mis hermanos coreaban sin mayor preocupación.

Entonces me inscribí en mi primera corrida de 3k, y después de haber corrido y entrenado un mes, logré terminarla en 10:21. La sensación de cruzar una meta en un tiempo inesperado es potente, por algo esta lo que le llaman el 'runner's high'. Eso es precisamente lo que sentí. Después de eso me inscribí en otra corrida de 3k, pero me demoré más de lo esperado. Ahí aprendí por primera vez que uno nunca hace un speedwork en una carrera, y que la inclinación del terreno juega un papel importante. Por esos meses, tuve mi primera lesión leve también: un poco de tendinitis en el pie derecho por no saber manejar la inclinación.

Podría haber parado aquí, podría haberme desilucionado, pero la verdad es que tenía mucha curiosidad y muchas ganas de demostrarme a mí misma que si había empezado a correr, claramente podía seguir escalando. Me inscribí en mi primera corrida de 5k, y en octubre, con un calor horrible y a las 12 del día, conseguí terminarla en 24:01.
Desde ese momento supe que nunca más iba a parar de correr. Cuando pasas los 5k te dan ganas de 10k y cuando pasas los 10k te sientes más cerca de los 16k.

Varias personas encontraron muy extraña mi decision de seguir corriendo 'Pero si ya puedes correr 5k, ¿para qué correr más?' Bueno, es bastante difícil explicarle a alguien que no corre las razones por las que uno corre. La verdad es que no hay una razón específica. Al principio era para ver hasta donde podía llegar, hoy es porque me gustaría ser un ultra runner, pero la mayor parte del tiempo, cuando me tengo que levantar temprano, cuando hace frío, cuando llueve, cuando tengo que cuidar mi dieta y hacer long runs y cargas de carbohidrato y dormirme temprano, en esos momentos, sólo sé que corro por que soy disciplinada y porque puedo, y porque... bueno, ¿porqué no? si la vida es tan corta, ¿porqué no hacer algo diferente?

Para la teletón corrí 7k, y a pesar de que tenía planeado correr un 10k antes de ponerme a entrenar para algo más, algo espontáneo sucedió. Ya tenía planeado inscribirme en la Maratón de Santiago, pero cuando estaba en el proceso de pagar con la visa simplemente dije: este año cumplo 21, y este año me lincencio de la universidad, asi que, 21k por 21 años no estaría mal.

El 8 de noviembre empecé a entrenar. Mi familia no entendía que era eso de tener una corrida de mas de hora y media una vez a la semana. La gente en general me decía que era muy flaca para correr y hasta el día de hoy nadie me cree que si bien como ultra sano y nada de comida chatarra, usualmente como como bestia.

Pasó noviembre, y de correr 3 dias a la semana empecé a correr 4. Llegué a navidad y de correr 4 días a la semana empecé a correr 5. De pasar el verano pasado durmiendo, pase a levantarme todos los días a las 6.30 y a ver como amanecía cada día mientras corria. Es cierto, tenía sueño, es cierto la mitad del tiempo no quería salir a correr, pero lo hacía de todas formas, tenía una meta en mente.

Si tengo que ser honesta, sólo a mitad de Febrero se volvió real en mi mente mi propósito. Hasta antes de eso sentía que era un sueño, meras palabras. 'Sí, correré 21k'. Fue cuando me di cuenta que puedo hacer lo que queria, cuando quiera en lo que sea. Correr no sólo ha sido algo físico, porque tuve que aprender a ser paciente, a ser constante, a soportar el aburrimiento de una corrida larga y solitaria, a soportar el dolor de los trabajos de velocidad, a renunciar a comer dulces y cosas ricas en pro de una dieta y un entrenamiento específico.

El día de la corrida me levante a las 5.15 am, y pensé, no puedo hacer esto. Claro que podía, pero sentía que era diferente. Me fui con mi hermano en auto y luego tomamos metro. Llegamos al lugar a las 7.40 y mi partida no era hasta las 9 am. Comí un poco, fui al baño, elongue y troté. A las 8.40 me despedí de él, para ir al encajonamiento. El abrazo que me dió mi hermano mayor en ese momento es algo inexplicable. Fue probablemente ahí donde se me quitaron todos los nervios, porque mi hermano mayor, que tiene 14 años más que yo, es una de las pocas personas que me si me dice 'Tere tú puedes' le creo. Y él me le dijo, sin siquiera usar palabras.

9 am. Largan los 21k. Yo le pongo play a mi música, suena A-Punk de Vampire Weekend. Gatorade en mano, miro mi reloj y me digo, VAMOS!. Los primeros 5k tuve la cabeza en cualquier parte, a los 10k pensé que tenía ganas de ir al baño pero no realmente. Asi que seguí corriendo mientras tomaba un poco de gatorade. El calor se empezaba a hacer presente, pero por suerte había mucha gente que nos manguereaba. Los corredores gritaban un C-H-I y yo sentía que sí, aquí es donde pertenezco. Al kilómetro 15, segundo control del chip que llevabamos en la zapatilla, y entonces, creo que 'I hit the wall', mis músculos se sentían un poco cansados, pero era obvio porque no había logrado comer todo lo que siempre como por los nervios que sentía. En el kilómetro 18 la inclinación se hizo más pronunciada, yo en mi mente intentaba imaginarme como sería mi recorrido y cuantas vueltas me faltarían si estuviese corriendo sola cerca de mi casa, eso me calmó. Kilómetro 20, Erika Oliviera pasa corriendo por la otra pista, llegando a los 42k, yo saco el celular para hablar con mi hermano, mi reloj marca 2 horas y yo le digo TEO VOY LLEGANDO. Me saco los audifonos y sigo corriendo, la gente me grita 'vamos, sólo unos metros'. Sigo corriendo y veo la meta a medio kilómetro. Cuando cruzo, mi reloj dice 2 horas con 2 minutos. No es mi mejor tiempo, de hecho, es uno de mis tiempos en mi lista de 'no tan bueno' pero lo hice. Levanto los brazos y grito un 'yuhuuu' al cruzar la meta, mi hermano está más allá y me graba, en mi cabeza yo sólo puedo pensar LO HICE. Sí, después de 5 meses de dormir poco y 3 meses de no comer cosas ricas, y mucha gente incrédula y varios callos y dolores varios típicos de corredores. Lo hice, y la medalla que llevo en el pecho que dice FINALISTA MEDIO MARATON 2012, es mía porque me la gané con sudor, literalmente.

Hoy, mirando hacia atrás, encuentro que fue lo mejor que podía hacer. Correr es una de esas cosas que de una u otra forma tenían que pasarme para estar donde estoy hoy. Hoy en día pretendo correr una maratón el próximo año y seguir entrenando tal como lo he hecho hasta ahora, aprendiendo que 'no tengo tiempo' es una excusa y que no siempre hay que querer para poder, y que no siempre tenemos días buenos y que no siempre somos los mejores, pero que al final del día si damos lo mejor de nosotros y tenemos esperanza todo es posible
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