Es que no quería dejar el tiempo pasar, y cuando el/ella tomó el cd y lo abrió, supo que había algo bello en eso de un no-cumpleaños. Son nueve canciones, nueve canciones impares, nueve melodias que componen una sola en un día impar. Impar, impar impar. Casi-cumpleaños, entonces. Casi. ¿Porque casi?, porque casi que me gusta, porque las nueve canciones me hacen volar y volar y pensar que esto no es tan malo, que hay algo más allá.
Yo también pienso en los atardeceres, y en como crujen las hojas de otoño cuando las pisas. Yo creo que es un sonido interesante (como grabar niñas hablando en inglés, o cajas de lentes cerrandose, you know). A veces me des-hi-dra-to por los ojos, y hay veces en que ni duele, como ahora. Hay veces que es genial, que es alucinógeno. Como una pieza blanca con manchas de pintura de colores, y música psicodelica, y risas que a uno parece que se le olvidan, pero que cuando vuelven luego de cuatro meses, son mejores que nunca nunca nunca, en toda la vida.
Es que es el soundtrack perfecto de varios años (que aunque lamentablemente son pares) tienen un sabor distinto desde hoy en la tarde, cuando nuevamente, entró al top one de los regalos (secretos) y geniales. Al top one de los atardeceres, de los recuerdos, y de las mentes sin recuerdos.
(Gracias gracias gracias gracias (¿Dios?) Me encantó)
Este es el código secreto.
0 notas musicales:
Publicar un comentario