Es 13 nuevamente. El calendario no miente, y aunque no lo crea, han pasado cinco años. Hace cinco años, un día como este, te fuiste sin decir mucho. La última vez que te ví te dije todo lo que te quería y que por favor, te cuidaras. ¿Cómo iba a saber que sería la última vez que te vería? Pensé que mis palabras tendrían algun efecto positivo, pero nunca me puse en el caso que sería lo último que te dijiese.
El primer año fue una tortura para todos, más para mi mamá y supongo que para mí también. Me enfrasque en una lucha personal consigo misma, luchas por olvidarte y por continuar con esta vida que en verdad, recién comenzaba. Pasé mi primer cumpleaños sin tí, mi entrada a la enseñanza media, la primera navidad, el primer año nuevo, el primer gran amor de mi vida. Todo pasó rápido ante mis ojos, me dediqué a estudiar, a salir fin de semanas completos. Me dediqué a leer interminables pilas de libros (ese habito aun no cambia, pero supongo que es un acto reflejo).
Papá, si supieses todo lo que alguna vez he querido decirte durante estos 5 años. Son tantas cosas, que ya no es nada. No tengo nada para decir, sólo mostrarme ante tu recuerdo y pensar 'Mírame ¿Soy esa mujer que esperabas ver a los casi 19 años?' Espero que sí, es más, a veces tengo la certeza de que así es. Cuando muchas cosas pierden sentido me acuerdo de tí, de todo lo que tuvimos juntos en esos 13 años geniales durante los cuales me cobijé en tu abrazo protector y me obligo a seguir caminando y me digo 'soportaste que él se fuese, él, el más cuerdo de todos tus locos, tu modelo a seguir, ¿Porqué deberia algo pequeño e insignificante quitarte las ganas de reir?' Y es cierto. En tu recuerdo encuentro fuerzas, y ahora último, también felicidad.
Te recuerdo con cariño y con esas memorias estancadas en lo más profundo de mi cabeza. Esos fin de semanas de pequeños vestiditos y Elvis Presley, y tantas otras cosas buenas y malas que pasamos juntos.
Cinco años... cinco interminables y explosivos años. ¿Te das cuenta de todo lo que eso significa? Tenía 13 años y no era la sombra de lo que soy ahora, aunque sí, algo de mí queda en el fondo de este cuerpo. Sí, ese primer año pasó todo eso. Y los cuatro siguientes estuvieron llenos de acontecimientos que hubiese querido que vieras por tus propios ojos. Pero ya no hay pena. Escribo esto porque eres importante para mí, la fuente de donde provengo, la persona a la que más me parezco, muchas veces mi modelo a seguir, otras tantas el espejo de cosas que no quiero hacer.
Te quiero, y atesoro tu recuerdo de una manera que nunca nadie va a poder quitarme. Porque yo fui feliz, fui tu 'guaguita' como solías llamarme, y tú fuiste mi super héroe, el que se hacía invisible y me acompañaba por travesías desconocidas y el que se levantaba de madrugada para taparme en mi pequeña cama.
Felices 5 años, después de todo, es uno de los pocos aniversarios que me importa.