II

Está oscuro, no puedo definir que hora es. Siento mis manos y mis pies. Siento mi pelo enmarañado y no recuerdo donde estoy. La cama está caliente y mi cuerpo se congela.
Es mi pieza, el lugar donde mi mente ha pasado encerrada demasiado tiempo y el mismo lugar de donde se niega rotundamente a salir.
Siete de la mañana, la rutina comienza para mí y casi tengo la certeza de que no cambiará nunca. Escribo estas palabras con un poco de rencor, con un poco de rabia y ganas de decirme: "¡Estupida!" Pero... ¿puedo llamar estupido a alguien que no conosco? ¿Puedo decirle a mi mano que es estúpida y vacia solo por ser el títere de mi mente?
Nunca estoy demasiado segura, pero me parece que esta vez, la respuesta es no.
Camino lento al colegio, es sólo porque intento llegar tarde para experimentar como se siente y para ver como voy a reaccionar ante una situacion que nunca he vivido. Quiero conocerme y lo que hago hoy, (y lo que decidi que hare por siempre) es como un salto al vacío.
Voy a saltar porque tengo miedo.
¿Podria tener alguna razon mas potente y menos irracional para ello?
No.
Tengo que enfrentarme a esas sombras, a lo pegajoso de mis sueños y al pantano de emociones que siento cada vez que soy conciente que ni siquiera se quien soy y que no se porque deberia estar aqui en vez de simplemente perderme por la vida como tantos otros. Quiero saber porque mi opción es otra, porque la llevo a cabo tan convencidamente.
Quiero creer -porque por primera vez tengo la certeza de algo- que mi base es el hecho de tener un sendero, quizas no convencional, quizas no bien mirado, pero un sendero al fin y al cabo. Esto es todo lo que sé sobre mi misma y es el soporte donde estoy construyendo esta nueva relación con mi yo; es esto lo que se, que no quiero vivir flotando y que no soporto el sin sentido.El día pasa como un borrón, me dedico a mirar el tenue movimiento de los árboles, intento memorizar formulas que no entiendo y cierro los ojos cuando el sol me da en la cara.
Rio varias veces, pero luego paro y me quedo pensando porque lo hice, y si realmente lo sentia.
Las nubes corren, avanzan muy rapido para mi gusto, y no logro contemplarlas con detalle.
Creo que es esta misma molestia la que siento en general, las personas son nubes que en días frios y despejados como hoy, cuando el viento las empuja con rapidez, se van rapidamente lejos de mi alcance.

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II: los trece me obsesionan y por favor no vuelvas nunca, porque ya no tendré un motivo para lamentarme.

2 notas musicales:

Anónimo dijo...

Hola Leister. Tienes razón, hace tiempo comentaba en tu blog, creí que preferías no tener comentarios de extraños, así que dejé de hacerlo. Veo que sigues materializando esas dudas existenciales tan bien como siempre. Sigue buscando, sigue descubriendo. Estar despierto es difícil, lo sé. Pero sigue adelante Leister.El sin sentido nos lo están imponiendo, no hay que dejar que eso pase.

Por cierto, gracias por visitar mi blog.

Saludos. Que estés bien

Tamara Jofré Zencovich dijo...

... y yo solo necesito un abrazo.

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