La otra

Es difícil cuando ni uno sabe bien que es lo que le pasa, y es más complicado explicarle a la otra gente. Es cómo si tuviera que hacer algo, algo que se más o menos que es, algo que no estoy segura de que sea real o invento de mi imaginación, algo que va a pasar, que por momentos, no duele y que a otros son como heridas abiertas.

Siempre duele dejar las cosas atrás, me aferro a las cosas, a las personas y a mis propios recuerdos como si tuvieran su valor sentimental en oro. (no. mala analogía, no me interesa lo monetario) Pero, la cosa es que me aferro. Y que de pronto tan decidida a llevar a cabo, a cruzar el rio, a tirarme en picada sin siquiera tener un fundamento real, la culpa me invade y la tristeza es demasiada. Todo es parte de mi vida, bueno o malo es ironica la forma en que cuando quiero dejar de hacer algo que me hiere me doy cuenta que lo malo abarca más pedazos en mi que lo bueno. Lo atesoro como las maneras en las que he crecido como persona y aunque la etapa está cumplida y quizás, no y en realidad debo cambiar, no puedo.

O quizás no quiero, pero me da demasiado... terror admitirlo. No, admitirmelo a mi misma, sentarme y decirme, "Misma, es esto. Estas tan equivocada y nunca te sentiste tan bien y tan mal al mismo tiempo"

Como dice mi mamá, hay que dejar que pase agua bajo el puente. Obligada a aprender a tener paciencia.