Termino de año. Comienzo de cierre de etapa. Adios tercero medio, hola madurez, hola miedo.
Ya, como que ya no quiero darme vuelta en lo mismo, hoy estoy feliz. Falta poco para que se cumplan 3 años desde que comenzamos, y siento que a pesar se los altos y bajos, nunca estaria preparada para alejarme de ti. Me siento segura, tan en confianza, tan... entregada.
Nunca habia sentido esta confianza tan ciega, tan tierna, tan llena de amor por alguien. Me parece como si te conociera desde siempre (aunque 3 años son casi desde siempre) pero no, mas alla, como si te conociera desde hace siglos, de milenios, de vidas anteriores. Como si nunca hubiese dejado de amarte, como si nunca hubiesemos tenido principio ni fin, como si siempre hubiesemos estado tan acostumbrados el uno al otro.
Al fin, me estoy despidiendo del estrés. De lo malo, de todo. Menos de tí, de tí y mis cuentos que escribo con convulsiones.
Es que nunca tengo demasiado, ni de mis letras, ni mis libros, ni de tí. Nunca voy a tener lo suficiente de tí como para no necesitar más o para hartarme. Nunca es suficiente, nunca.
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