Correr una Media Maratón. La primera vez que se me cruzó esta idea por la cabeza fue por allá por Septiembre de 2011, y la verdad es que no de una manera realista. Se me ocurrió que era una de esas cosas que uno siempre quiere hacer, pero nunca hace.
Nunca fui deportista en el colegio, asi que el pensamiento de hacer algo un poco extremo como eso era más que nada una broma, un chiste que a mi mamá no le hacía mucha gracias y que mis hermanos coreaban sin mayor preocupación.
Entonces me inscribí en mi primera corrida de 3k, y después de haber corrido y entrenado un mes, logré terminarla en 10:21. La sensación de cruzar una meta en un tiempo inesperado es potente, por algo esta lo que le llaman el 'runner's high'. Eso es precisamente lo que sentí. Después de eso me inscribí en otra corrida de 3k, pero me demoré más de lo esperado. Ahí aprendí por primera vez que uno nunca hace un speedwork en una carrera, y que la inclinación del terreno juega un papel importante. Por esos meses, tuve mi primera lesión leve también: un poco de tendinitis en el pie derecho por no saber manejar la inclinación.
Podría haber parado aquí, podría haberme desilucionado, pero la verdad es que tenía mucha curiosidad y muchas ganas de demostrarme a mí misma que si había empezado a correr, claramente podía seguir escalando. Me inscribí en mi primera corrida de 5k, y en octubre, con un calor horrible y a las 12 del día, conseguí terminarla en 24:01.
Desde ese momento supe que nunca más iba a parar de correr. Cuando pasas los 5k te dan ganas de 10k y cuando pasas los 10k te sientes más cerca de los 16k.
Varias personas encontraron muy extraña mi decision de seguir corriendo 'Pero si ya puedes correr 5k, ¿para qué correr más?' Bueno, es bastante difícil explicarle a alguien que no corre las razones por las que uno corre. La verdad es que no hay una razón específica. Al principio era para ver hasta donde podía llegar, hoy es porque me gustaría ser un ultra runner, pero la mayor parte del tiempo, cuando me tengo que levantar temprano, cuando hace frío, cuando llueve, cuando tengo que cuidar mi dieta y hacer long runs y cargas de carbohidrato y dormirme temprano, en esos momentos, sólo sé que corro por que soy disciplinada y porque puedo, y porque... bueno, ¿porqué no? si la vida es tan corta, ¿porqué no hacer algo diferente?
Para la teletón corrí 7k, y a pesar de que tenía planeado correr un 10k antes de ponerme a entrenar para algo más, algo espontáneo sucedió. Ya tenía planeado inscribirme en la Maratón de Santiago, pero cuando estaba en el proceso de pagar con la visa simplemente dije: este año cumplo 21, y este año me lincencio de la universidad, asi que, 21k por 21 años no estaría mal.
El 8 de noviembre empecé a entrenar. Mi familia no entendía que era eso de tener una corrida de mas de hora y media una vez a la semana. La gente en general me decía que era muy flaca para correr y hasta el día de hoy nadie me cree que si bien como ultra sano y nada de comida chatarra, usualmente como como bestia.
Pasó noviembre, y de correr 3 dias a la semana empecé a correr 4. Llegué a navidad y de correr 4 días a la semana empecé a correr 5. De pasar el verano pasado durmiendo, pase a levantarme todos los días a las 6.30 y a ver como amanecía cada día mientras corria. Es cierto, tenía sueño, es cierto la mitad del tiempo no quería salir a correr, pero lo hacía de todas formas, tenía una meta en mente.
Si tengo que ser honesta, sólo a mitad de Febrero se volvió real en mi mente mi propósito. Hasta antes de eso sentía que era un sueño, meras palabras. 'Sí, correré 21k'. Fue cuando me di cuenta que puedo hacer lo que queria, cuando quiera en lo que sea. Correr no sólo ha sido algo físico, porque tuve que aprender a ser paciente, a ser constante, a soportar el aburrimiento de una corrida larga y solitaria, a soportar el dolor de los trabajos de velocidad, a renunciar a comer dulces y cosas ricas en pro de una dieta y un entrenamiento específico.
El día de la corrida me levante a las 5.15 am, y pensé, no puedo hacer esto. Claro que podía, pero sentía que era diferente. Me fui con mi hermano en auto y luego tomamos metro. Llegamos al lugar a las 7.40 y mi partida no era hasta las 9 am. Comí un poco, fui al baño, elongue y troté. A las 8.40 me despedí de él, para ir al encajonamiento. El abrazo que me dió mi hermano mayor en ese momento es algo inexplicable. Fue probablemente ahí donde se me quitaron todos los nervios, porque mi hermano mayor, que tiene 14 años más que yo, es una de las pocas personas que me si me dice 'Tere tú puedes' le creo. Y él me le dijo, sin siquiera usar palabras.
9 am. Largan los 21k. Yo le pongo play a mi música, suena A-Punk de Vampire Weekend. Gatorade en mano, miro mi reloj y me digo, VAMOS!. Los primeros 5k tuve la cabeza en cualquier parte, a los 10k pensé que tenía ganas de ir al baño pero no realmente. Asi que seguí corriendo mientras tomaba un poco de gatorade. El calor se empezaba a hacer presente, pero por suerte había mucha gente que nos manguereaba. Los corredores gritaban un C-H-I y yo sentía que sí, aquí es donde pertenezco. Al kilómetro 15, segundo control del chip que llevabamos en la zapatilla, y entonces, creo que 'I hit the wall', mis músculos se sentían un poco cansados, pero era obvio porque no había logrado comer todo lo que siempre como por los nervios que sentía. En el kilómetro 18 la inclinación se hizo más pronunciada, yo en mi mente intentaba imaginarme como sería mi recorrido y cuantas vueltas me faltarían si estuviese corriendo sola cerca de mi casa, eso me calmó. Kilómetro 20, Erika Oliviera pasa corriendo por la otra pista, llegando a los 42k, yo saco el celular para hablar con mi hermano, mi reloj marca 2 horas y yo le digo TEO VOY LLEGANDO. Me saco los audifonos y sigo corriendo, la gente me grita 'vamos, sólo unos metros'. Sigo corriendo y veo la meta a medio kilómetro. Cuando cruzo, mi reloj dice 2 horas con 2 minutos. No es mi mejor tiempo, de hecho, es uno de mis tiempos en mi lista de 'no tan bueno' pero lo hice. Levanto los brazos y grito un 'yuhuuu' al cruzar la meta, mi hermano está más allá y me graba, en mi cabeza yo sólo puedo pensar LO HICE. Sí, después de 5 meses de dormir poco y 3 meses de no comer cosas ricas, y mucha gente incrédula y varios callos y dolores varios típicos de corredores. Lo hice, y la medalla que llevo en el pecho que dice FINALISTA MEDIO MARATON 2012, es mía porque me la gané con sudor, literalmente.
Hoy, mirando hacia atrás, encuentro que fue lo mejor que podía hacer. Correr es una de esas cosas que de una u otra forma tenían que pasarme para estar donde estoy hoy. Hoy en día pretendo correr una maratón el próximo año y seguir entrenando tal como lo he hecho hasta ahora, aprendiendo que 'no tengo tiempo' es una excusa y que no siempre hay que querer para poder, y que no siempre tenemos días buenos y que no siempre somos los mejores, pero que al final del día si damos lo mejor de nosotros y tenemos esperanza todo es posible