Tregua, Treguas

Acabo de caer en la plena conciencia de que en el blog, se puede escribir cuantas veces uno quiera. No sé porque había tomado esa manía de sentir que sólo debía y podía escribir una vez por día, relegando este espacio a ese espacio común de las normas, de dormir 8 horas por día (yo quiero dormir unas 10), de almorzar a las 2 pm (a mi me da hambre como a las 3:30 todos los días) y un montón de cosas más.
Pero realmente, lo que me motivó a escribir no fue eso, si no que terminé el libro de Benedetti, el de La Tregua y aún sigue dando vuelta en mi cabeza aquella fracesita: "Es evidente que Dios me concedió un desitno oscuro. Ni siquiera cruel. Simplemente oscuro. Es evidente que me concedió una tregua (...) No era la felicidad, era sólo una tregua. Ahora estoy otra vez metido en mi destido. Y es mucho más oscuro que antes, mucho más"
Quizás todos obtuvimos tan sólo una tregua ¿o no? Me gustaría pensar que no, porque tiendo a pensar que no creo en Dios, que no podría creer en él como un ser humano, quizás es eso a lo que yo preferentemente llamo "fuerza desconocida nunca superior pero si extraña que mantiene las cosas en su lugar y los planetas en sus orbitas, que realmente podría ser hasta la gravedad en distintos aspectos" Y me inquieta un poco, no se por que tanto (o quizás sí y no me atrevo a escribirlo).

Aun me resisto a creer en Dios o la religión, aunque pareciese que una fuerza extraña me empujara a no hacerlo, aún así, la costumbre puede más. Casi 6 años de ateismo no pasan en vano.

1 notas musicales:

Anónimo dijo...

Que interesante lo que comentas. Creo que tendré que agregar ese libro del que hablas a la lista de textos que debo leer. Me falta tanta literatura por descubrir... creo que hay que sentirse afortunado, al menos un libro es lo último que puede terminar escaseando.

Siempre cabe la posibilidad de que uno esté equivocado. Toda toma de postura es un riesgo... Tal vez siempre se mantendrá así. Las respuestas son siempre muy esquivas. De todas formas, opto en no creer en un dios tan terrible como el que describe el cristianismo. Prefiero creer en una opción más como la que describes. Los viejos dioses ya nos han abandonado a estas alturas de la historia. ¿Qué hacer, sin embargo, con el vacío que nos ha quedado?

Las circunstancias son inevitables.

Un saludo para ti, Tere. Siempre un gusto leerte. Que estés bien.

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