Como hoja en otoño

Y es que, podría besarle la boca, la soledad y los miedos. Podría besarle el cuello y los pensamientos que se deslizan por allí; los hombros y las tenues y vagas esperanzas que allí se anidan. Todo. Podría besarle todo, hasta el alma.
Cuando pienso esto, a veces me ahogo, me ahogo con facilidad intentando rozar tus pensamientos con la punta de mis dedos, y me gustaría decirme a mí misma "grita, por favor, tan sólo grita" porque ya no soy tanto la de antes, la que se escondia entre las letras y callaba verdades, la que se arrepentía en seguida.

Cuando noto todo así, me punza en algún lugar casi olvidado, algo que suponía haber perdido en el trayecto de los años. Me punza tanto que vuelvo a existir,

porque,

-¿Te dije?-
-Usualmente no existo. No existo.

Entonces, puede que todo sea absurdo, que dentro de la no existencia mis pies no toquen el suelo y mi cabeza este enmarañada con los ríos de sangre que mi bañan mi infructuosa imaginación. Puede que nada tenga sentido, que sean las no horas de un no día que no existe. Puede que este imaginando este día, este día que chorrea sangre multicolor.

3 notas musicales:

Elytis dijo...

fantastico, maravilloso
quizas tus textos tomen vida propia y les seas solo el canal para salir de tu mente enmarañada. Esta es la realidad que es inexistente donde no sabems si las cosas estan o no por aunq sea nuestra realidad es muy intangible y poco logica aqui en donde la sangre escribe sus letras con mismanos y donde te usa a ti para salir de tu esencia misma.

Unknown dijo...

91 y te re amo : D

Anónimo dijo...

Genial. Un texto muy potente. La fragilidad de la existencia, la fragilidad del propio sentido que le otorgamos a nuestra vida. Porque somos y no somos a cada segundo. Porque hemos olvidado cómo existir.

¡Saludos, Leister!

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